Existe una teoría, la de los seis grados, que defiende que cualquier persona de este mundo se puede relacionar con otra a través de una cadena de seis conocidos o saludados. Pues bien, a mí, si Costa Rica avanza victoriosa en este mundial, me van a sobrar cinco para conectarme con las máximas figuras del fútbol que andan correteando estos días por Brasil.
¿Qué cómo es ello? Muy fácil. Hace unos pocos años, como los miércoles acababa de trabajar un par de horas antes de la de la comida tomé la costumbre de acercarme a un bar del barrio, a refrescarme con una caña y leer los periódicos. En el bar me encontraba cada miércoles con los mismos parroquianos, tres o cuatro. Uno de ellos era el portero del Albacete, recién llegado de su país y un perfecto desconocido. De hecho si me enteré de cuál era su profesión fue porque el dueño no paraba de darle conversación y de meterle miedo con el frío negro que iba a pasar en esta ciudad... Porque yo las únicas palabras que crucé con él fueron siempre las mismas:
-¿Has terminado con el periódico?
-Muchas gracias.
Unas veces la pregunta la hacía él y otras yo. Una relación recíproca.
Hizo aquel año una temporada tan excelente que llamó la atención de equipos más poderosos. Parecía -al menos eso fue lo que escuché en aquel bar- que se iba a ir a jugar a Inglaterra. Finalmente fichó por el Levante, supongo yo que por huir de los inviernos negros y de la conversación incansable del barman.
Ahora está en Brasil, defendiendo la portería de su país. El otro día, en el primer partido, ganaron a Uruguay 3 a 1. Y así, con un solo grado, ya estamos conectados nosotros con Forlán, Lugano, Godín, Cavani, o Luis Suárez...
Keylor Navas (www.teletica.com)
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