A propósito de la abdicación del viejo Rey y de la coronación del nuevo se han dicho y escrito tantas cosas que uno no sabe ya qué pensar y, por tanto, mucho menos qué decir.
Aunque las palabras de unos puedan parecernos más sensatas que las de otros, al fin y al cabo casi todas nos resultan poco más que juegos de manos, prestidigitaciones y saltimbanquismos de poco fuste.
Hasta que leímos a nuestro amigo C. esta ENTRADA del Tersites. Estas sí que nos parecen palabras claras, sensatas y decentes. De modo que, en este asunto de las coronas, nosotros, lo que diga C.
(www.formulamujer.es)
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