-Yo, - dice mi suegra mientras nos tomamos el postre y está pelando ella una naranja -cuando me muera, no quiero tener cara de muerta. Que a los muertos se les pone una cara que es un dolor. Y quiero que parezca que me estoy riendo. Y la cabeza alta. Pero sobre todo que no me dejen tan blanca como se ponen los muertos... Eso sí, que tengan cuidado con el colorete, que tampoco quiero parecer una santa borracha...
-Espera, que cojo la libreta y tomo nota...
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