Una madre, las joyas que tenga de oro, muchas seguramente heredadas a su vez de la suya, se las dejará siempre a sus hijas. Y si no tiene hijas, a sus nueras. Jamás a un varón. Así lo contaba ayer F.
-Mi abuela E., la madre de mi padre, no les dejó ni un triste anillo a los varones. Decía que a ellos ya les había dado desde el principio unos buenos pendientes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario