Proponía Pla en El cuaderno gris, como ejercicio literario, describir el vuelo de una golondrina.
Me acordé de esto ayer cuando, al levantar la persiana de la sala, lo primero que vi fue cruzar una , quiero creer que la primera que ha llegado a esta ciudad... Cruzó alegre, con esa soltura que demuestran estos pájaros diminutos para las cabriolas y los ejercicios funambulescos... Dejó en el aire de nuestra calle la rúbrica de su alegría y se perdió en el cielo pálido... Fue una visión fugaz pero nos despertó un contento que ya nos duró todo el día.
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