martes, 1 de septiembre de 2015

Una explicación (el regreso)

Cuando he vuelto a abrir esta página, me he llevado un susto. ¿No escribía nada desde el 19 de diciembre del año pasado? Sabía que hacía mucho tiempo, pero no imaginaba que fuese tanto... Los cuatro amigos que pasaban por aquí habrán pensado que nos habíamos despedido a la francesa. Supongo que tantos meses sin escribir les ha cargado de razón. Se habrán marchado... ¡Qué poca educación la nuestra!  No era mi intención, de verdad. Por si queda alguien por ahí, voy a tratar de explicarme.

No dejé de escribir porque dejasen de pasarnos cosas que contar. Quien haya leído lo que se ha ido colgando aquí sabrá de sobra que nunca nos pasa nada. Básicamente, ese es el tema del blog. Escribíamos en él lo que hacíamos cada día, casi siempre lo mismo; de la gente con la que nos cruzábamos, casi siempre la misma; de algún viaje, casi siempre a los mismos lugares: Asturias, Úbeda... No hacíamos otra cosa que dejar constancia de que respirábamos. Poco más.

Y eso es lo que hemos estado haciendo todo este tiempo que no hemos aparecido por aquí. Poco más.

Dejé de escribir porque un buen día dejó de apetecerme. Me dije: "Hoy no me apetece. Mañana escribo algo. Ahora voy a leer..." He leído mucho durante todo este tiempo. Pasaban los días y seguía sin apetecerme escribir, y lo dejaba para el siguiente, y cogía un libro. Así hasta hoy, que me ha vuelto a apetecer. 

Podría pensarse que soy una persona caprichosa. Tal vez. Pero pienso más bien que lo que me puede es la pereza. Lo realmente sorprendente no es que haya estado tanto tiempo sin dar señales de vida, sino que haya mantenido activo tanto tiempo este blog.

De todas formas hay que declarar que la inapetencia no ha sido crónica. A veces me volvían las ganas de escribir. Pero se presentaba ese deseo en un momento inoportuno. Llegaba en mitad de la calle,  o dando una clase, o corrigiendo un montón de exámenes ilegibles... Luego, cuando concluía esas tareas, cuando al fin tenía un rato, ya se me había pasado la apetencia.

Esto que cuento me ocurre con cierta frecuencia. Por ejemplo, algunos días de verano me gustaría que fuesen de invierno, y al revés. Por ejemplo, un doce de agosto, en mitad de una lectura intrascendente, me entran de pronto ganas de dar una clase sobre La Regenta y el estilo indirecto libre. Y cuando llega el momento de dar esa clase durante el curso, preferiría estar de vacaciones con un libro intrascendente entre las manos y no tener que explicarle nada a nadie...

En fin, esto y no otra cosa es lo que sucedió. Ahora, después de un largo verano con una libretilla en el bolsillo del pantalón, me vuelve a apetecer... Hemos vuelto... ¿Queda alguien por ahí?

7 comentarios:

  1. Me alegro de volver a leerte, siempre es agradable compartir tus reflexiones o sensaciones. Saludos ahora desde Ronda (Málaga), donde hemos acabado en busca de trabajo.

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  2. Claro que quedamos. Ahora ya más tranquilos quienes estábamos preocupados por la ausencia. Feliz retorno y muchas gracias.

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  3. Qué bueno que haya gente tan buena por el mundo... Mucha suerte por Ronda y un beso para Rica.

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  4. Como decía aquel "la vida sigue iguaaaal..."y por mucho, por A., por L., por vosotros....y como no por F....y benvido as letras de novo.

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  5. Yo que me alegro de tu vuelta. Me faltaba algo
    Un saludito
    Por aquí me ando

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