A Logroño, como va a quedar demostrado aquí, también se puede ir por Úbeda. Todos los caminos llevan a Roma o a donde uno quiera. Así que antes de llegar a Logroño pasamos unos días por Úbeda, como a modo de prólogo de ese viaje a La Rioja que tanta ilusión nos hacía. Y de lo que allí hicimos recordamos, sin orden ni concierto, lo que sigue:
Vemos el paso de La Columna desde la rampa de la Trinidad. Es un lugar muy cinematográfico para ver pasar procesiones, elevado y con una estupenda panorámica de la plaza del General Orduña -que es como la bautizó un día MM en una de sus novelas y ya no sabemos llamarla por su nombre municipal, que es el de General Saro, ¿o era al revés?-. Viendo cruzar una procesión no es difícil sugestionarse y pensar que estamos sesenta, setenta, ochenta años antes. Solo estorban esa fantasía nuestra el semáforo de la esquina que continúa cambiando de color inútilmente y la luz fosforescente de la cruz de una farmacia.
(Marcelo Góngora 2010)
Encuentro con don A., que se disculpa por andar de procesiones, él, que es miembro principal de Úbeda Laica... "Yo esto lo miro como un acto de cultura popular...". Y cita, en su defensa, a Chaves Nogales, del que acabamos hablando animadamente en una esquina de la plaza, ajenos a trompetas, cucuruchos y tambores.
(abc.es)
Paseamos Real abajo. Está lleno de gente muy arreglada y de turistas que acaban de llegar y arrastran sus maletas camino del hotel. Al final de la calle, la sorpresa renovada de la Plaza Vázquez de Molina -Santa María y El Salvador-, que a nosotros nos parece una plaza italiana...
(www.arqhys.com)
A la vuelta, camino del bar del barrio, un sobresalto tras otro al doblar cada esquina y encontrarnos de sopetón con negros penitentes que caminan con prisa a encontrarse con su cofradía, la de la Buena Muerte...
(www.palios.wordpress.com)
A la vuelta de comprar el pan y los periódicos, de pronto y muy cerca, se escuchan en este barrio alto oscuros tambores... ¡Ay, cuánto mejor si sonasen también, a su par, unas gaitas escocesas!
Tradición y modernidad. Mi cuñado lee en voz alta lo que le llega por el facebook: "El Santo Entierro da media vuelta. Llueve. Otro año será"; "La General, ante el aviso de mal tiempo, se suspende"; "La Expiración ha llegado a San Isidoro. Solo le han caído dos gotas".
Sábado de Gloria en la panadería...La gente, mucha, encarga los productos del tiempo con grandes vocales abiertas y exiliadas eses: hornazos, torrijas, ochíos (con o sin ribetes), flores de sartén...
En el taller de Tito. Es una curiosa y acogedora mezcla de tienda, almacén y taller. En torno a un patio con una pequeña fuente cantarina, todo se ve lleno de vasijas, jarrones, platos, ceniceros, alcuzas... Tito hijo trabaja en un torno junto a la ventana, delante de unos catalanes que le sacan fotografías (-Os voy a dar mi facebook y luego me mandáis las fotos -les dice el joven alfarero. -Pero me las mandáis de verdad, que hay mucha gente que me lo promete y luego se olvida...). Entran entonces unos mozos fornidos y coloradotes, con un gran manojo de espárragos verdes, que preguntan por el patriarca. Sale este del fondo de la tienda. Con unas melenas blancas que le reposan suavemente sobre los hombros, parece un flamenco. Lo mismo podría ser, en lugar de un alfarero, un guitarrista o un cantaor... Nos fijamos en sus manos, del color del barro que trabaja, manos grandes y carnales, manos de tierra...
(www.elfotografoviajero.com)
En el Rincón Cofrade. Le compramos incienso a A., un amigo semanasantero que nos lo ha encargado. Lo tienen preparado en unas pequeñas bolsas blancas con la imagen de la Virgen de la Pena y cerradas con un lazo con los colores de la bandera nacional. Los dos muchachos que atienden ese rincón hablan muy despacio y, seguramente por estar a la altura de su comercio, se muestran apesadumbrados y cenicientos. Venden, además de pastillas de incienso, medallas, llaveros, pulseras y muñecos de trapo con los colores de cada cofradía.
En la exposición de S. Nos gusta, como siempre, mucho. Cuadros muy grandes, blancos y negros muy densos, autorretratos, retratos, animales y paisajes... Salvo el de una mujer descuartizada, a los chiquillos también les gusta bastante. Piden que le mandemos al artista pintor algún mensaje. Les cedo el teléfono para que lo hagan ellos mismos: "Soy ana la sobrina de enrique que mean gustado muchísimo". S. responde al instante: "muchas gracias bonica". "Denada".
Domingo de lluvia. Diluvia cuando nos vamos. Una odisea meter las maletas y a los chiquillos en el coche. Pero ya vamos rumbo a Logroño. Mientras A. conduce, leemos en una guía de 1999: "Logroño. 384 m. 122.000 habitantes..."
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