lunes, 27 de octubre de 2014

De nuevo el verano

Desde hace un par de semanas en esta ciudad el termómetro no se pone de acuerdo con el calendario. Marca cada día unas temperaturas inverosímiles que el calendario no entiende. Y nosotros menos. Hay quien se muestra encantado de la vida. Por ejemplo A., la muchacha que viene a casa una vez a la semana a conversar en francés con P. Es natural de la Bretaña, y se muestra feliz con este octubre disfrazado de julio. En su tierra lo normal es que suceda al revés, que julio se comporte como octubre. Algo parecido ocurre en las Asturias, pero no por eso comparto la opinión de A. A mí me gustan las mañanas brumosas del otoño, la canción de la lluvia, los paraguas, el frío. Que julio parezca octubre.

Además, con estos calores, se levanta uno pensando que está de vacaciones y, como no es así, nos acometen unas tristezas y unos ahogos que solo logramos aliviar con las memorias dulces de aquellos días, y nos ponemos a recordarlos...

Y eso vamos a hacer...


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