A nuestro compañero E. le llegó hace unos días una carta certificada del ayuntamiento. Se trataba de una multa. Quinientos euros por alterar el orden público durante la pasada feria y por negarse a ser identificado cuando así se lo requirieron los agentes municipales.
Nuestro compañero E. se quedó perplejo. En primer lugar porque él lo único que había hecho aquel día era, junto con una docena de compañeros de su sindicato, repartir unas octavillas en defensa de la educación pública. Y en segundo lugar porque ningún policía se les acercó para nada. Y también, claro, por la cuantía de la pena que, tal y como marchan los tiempos, no es moco de pavo.
Cuando lo contó, algunos, para quitarle hierro al asunto, le preguntaban:
-Pero vamos a ver, si ,como dice la multa, no te identificaste, ¿cómo coño saben quién eres?"
-Ah, - le explicaba otro-, la policía, que es listiiiiisma...
Ahora ha presentado E. sus alegaciones. Ante estas, existen dos corrientes de opinión. Una asegura que la multa ya no hay quien se la quite y que va a tener que abonar esos quinientos euros sin remedio ni rebaja. La otra, en cambio, afirma que atenderán esas alegaciones, que no tendrá que pagar nada pero que ahí queda eso. Creen que se trata de un susto para que E. y sus compañeros se lo piensen dos veces antes de salir a la calle a lanzar mensajes subversivos y a molestar.
Yo no sé si será una cosa o la otra, eso ya se verá. Pero tiene todo un tufillo muy rancio que le hace pensar a uno en esos comisarios de posguerra que salen en los capítulos interminables de "Amor en tiempos revueltos". Y es que hay quien afirma que estamos embarcados en un viaje al pasado sin máquina del tiempo ni nada, así, a las bravas. Y la verdad es que contemplando a la Mª. Dolores y a la Soraya en Roma flanqueando al cardenal monseñor Bertone, no se puede negar que en ese viaje vamos muy adelantados ...
N.B. Si tienen ustedes uno de esos programas de tratamiento de imágenes, prueben a poner esta en blanco y negro y comprobarán que el susto es aún mayor. Por cierto, a mí la sonrisa de este cardenal Tarcisio me deja siempre la sangre helada.
Primero fue Mª Dolores en Toledo, el día del Corpus, y ahora también la Soraya.
ResponderEliminarLa Cospe, creando escuela (pero de mantillas y peinetas).
Lo que hay que ver...
Una multa es un impuesto por hacer las cosas "mal". Un impuesto es una multa por hacer las cosas "bien".
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