miércoles, 18 de noviembre de 2015

Los himnos (París en la cabeza)

No conozco mejor himno que el de mi tierra. Ni siquiera La Marsellesa. Porque no es un himno, sino una canción de fiesta y de celebración, de voluntad testaruda y de melancolía. Un himno que ahora se usa en los actos solemnes, donde se pavonean las autoridades, pero que encuentra su acomodo mejor en los chigres y los bares, donde lo entonan los borrachos, los melancólicos y cualquiera que le apetezca

Hoy, escuchando a Zaz, al calor de la canción que traemos abajo, hemos pensado que es, además, un himno que se puede exportar a cualquier sitio que nos guste. Basta con cambiar Asturias por el nombre de ese otro lugar y no hacerle mucho caso a la métrica. Y así, no en el mes de mayo, sino en cualquier otros mes, quién estuviera en París en todas las ocasiones...



        

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