sábado, 12 de enero de 2013

Crónica navideña VI y final

Cabalgata

La vimos desde una churrería que han abierto hace poco en una esquina del Real, junto al teatro-cinema Ideal. Estábamos tomando un café con L., amiga de la infancia de A. La vimos muy ricamente, desde un gran ventanal, a salvo de las caramelos que, en Úbeda, tiran los pajes con muy mala idea y bastante puntería. 

Nos pareció, desde allí, una cabalgata muy decente, más vistosa incluso que otros años, con carrozas muy aparentes y varias charangas animosas y alegres. 

Mientras la cabalgata pasaba, recordaban L. y A. las anécdotas de cuando chicas, el carácter indomable de L. que tan mal llevaban las monjas del colegio. Nunca quiso L. compartir los lápices y otros materiales escolares, como las monjas querían que se hiciese, y cuando la paseaban por las otras clases para que se riesen de ella y escarnecerla de ese modo, la que más alto se reía era ella. Un día, y esta es historia mítica, se negó a corregir su pronunciación cuando tuvo que nombrar a Shakespeare. "Aquí no dice "chespir", sino "sakespeare", y yo lo leo como está escrito", se rebeló terca L. 

Cabecea L. mientras A. recuerda estas historias, y declara un poco apesadumbrada: "Yo tenía una personalidad que ya no tengo..., no, no, ya no la tengo". Pasaba en ese momento la carroza de Baltasar, y nos pareció, desde donde estábamos, que era negro pintado.



Noche de Reyes

Nos fuimos a cenar con J. y J. y la pandilla de estos, que suelen reunirse las noches de los sábados en La Estación, un restaurante donde los reciben con grandes honores y cortesías y donde elaboran una tapas deliciosas por las que preguntan, según nos contaron esa noche, hasta los japoneses. Al parecer, hacía dos días que les había visitado un equipo de una televisión japonesa, para grabar un programa sobre esas tapas y el uso que hacen en esa cocina del aceite de oliva. Fue una noche entretenida, porque me tocó sentarme al lado de A. y S. F., este último veterana estrella televisiva del programa "Saber y ganar". Casi al final, me indican que, en la mesa de al lado está cenando el Baltasar de la cabalgata, ya despintado, y que no es Baltasar sino Baltasara, concejala de Sanidad del ayuntamiento que, según me cuentan, es tan troncho que aparece en todos los actos oficiales, a pesar de su cargo, fumando como una carretera...

Y ya volvimos temerosos a casa, que lo hacíamos un poco tarde, por miedo a encontrarnos con lo Magos, los verdaderos...



Fin

En el viaje de vuelta a casa, allá por las curvas de El Jardín, al cambiar de disco, saltó la radio en el justo momento que comenzaba a sonar, en Radio Clásica, "Llegaron ya", el villancico que cantaban -y cantan- A. y su hermana cuando chicas, y que hace apenas unas semanas les había mandado P. V., que las grabó en una casete cuando tenían diez años y la acababa de recuperar. Gracias a la locutora nos enteramos de que es obra de Ariel Ramírez, nativista argentino. La interpretaba la Coral de la Comunidad de Madrid. Nos pareció una casualidad preciosa. Como si viniese alguien a ponerle el broche final a estas vacaciones de invierno.



                      
 

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