viernes, 18 de septiembre de 2015

Cuaderno de Palacio

Camino de Palacio, después de abandonar la autopista y cruzar el paso a nivel de Posada, en la recta de Turanzas, nos asalta la impresión de que hace apenas unas semanas que nos fuimos de aquí. Sin embargo, hace ya un año de eso. Es una cosa rara el tiempo. La forma en la que lo percibimos. El tiempo y el paisaje. La carretera estrecha que tomamos al torcer a la derecha en Puente Nuevo adquiere de pronto la misma presencia que las calles que fatigamos cada día, el resto del año, en la ciudad en la que vivimos. Lo mismo nos sucede con la casa en lo alto del pueblo: la mesa de la cocina donde escribimos, los muebles oscuros y viejos, el jardín, el manzano y las hortensias, la estampa imponente del Benzúa... Aunque vayamos a estar aquí apenas unos veinte días,  llegar a este lugar no es una escapada de verano. Llegar a Palacio es volver a casa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario