martes, 1 de octubre de 2013

Álbum de verano (XVIII)

Tranco decimoctavo (Palacio)

La tarde que iban a enterrar al cura, nosotros nos fuimos a Llanes. Nos fuimos media hora antes del funeral y nos cruzamos con el cortejo fúnebre justo en el puente estrecho de la Puentenueva. Por allí pasaron todos los príncipes de la iglesia astur, en unos vehículos imponentes, pero también los curas de estas parroquias, en jeeps y esa clase de coches altos y de grandes ruedas que se usan para andar por los altos caminos. Los reconocimos a todos no por los hábitos, que salvo el arzobispo no los llevaban, sino por la anchura de los rostros, muy colorados casi todos, y por la amplitud de la papada. Como ese donde nos los encontramos es un puente muy estrecho, cuando dos coches se cruzan en él hay que pasar muy lentamente, y de ese modo pudimos contemplar muy a nuestro gusto a los ocupantes. Justo al final del puente venía el coche del muerto.




Suena hoy la lluvia como una de esas ovaciones interminables que reciben a veces los grandes tenores y que contabilizan luego, asombrados, en los periódicos y los telediarios. Como una ovación interminable cae la lluvia hoy.




Mañana nos vamos de aquí. Dejaremos la casa y sus caminos. Abandonaremos este paisaje y, durante largos días, sentiremos que nos han arrebatado algo muy nuestro. Como reyes en el exilio.




Por eso hemos pasado tanto tiempo sentados en el jardín, con el libro abierto en el regazo pero sin leer una sola línea. Contemplándolo todo con los ojos bien abiertos. Silenciosos y muy quietos por ver si deteníamos el tiempo. Nos quedaríamos aquí, hoy, toda la vida.





Tiene este valle la delicadeza de despedirnos todos los años con una lluvia tan melancólica que parece un llanto. Mientras guardamos el equipaje en el maletero del coche, corren las gotas por nuestras mejillas abriendo el mismo surco que harían las lágrimas. En esta hora de la despedida, llueve sobre las montañas que hemos visto cada día, sobre las tejas viejas del alpende, sobre las hojas de los castaños y de las hortensias. Nos vamos y nos parece que cae la lluvia hoy, lo mismo que sucede en las películas, como lágrimas.






No hay comentarios:

Publicar un comentario