miércoles, 30 de abril de 2014

Breve guía de una Semana Santa sin procesiones (casi) VI

Tal vez mi pueblo sea feo. No lo sé. Lo que es seguro es que se pueden encontrar en él, si se saben mirar, ciertos rincones que podríamos llamar recoletos. Sobre todo algunas perspectivas hermosas. Porque mi pueblo, aunque tal vez pueda parecer feo, está trazado con escuadra y cartabón, exactamente igual que el París de Haussmann.

A mí, la que más me gusta últimamente es la que se puede ver desde la calle Jerónimo Ibrán, con la vieja chimenea de Barredo al fondo. Tampoco está mal la que desde lo alto de Manuel Llaneza llega hasta el Puente de la Perra, bajo el Pico Seana. O, desde ese mismo puente, sobre el curso del río, la contemplación de las montañas que nos separan de Castilla...

Ayer salimos a dar un paseo matutino. Íbamos también a comprar un libro, cualquiera, en una librería muy coqueta y recogida que han abierto no hace mucho. Se encuentran en ella no solo los best-sellers y lo que todo el mundo busca, sino también muchos otros, cuidadosa y exquisitamente escogidos. Pasamos allí casi una hora, curioseando. Al final nos llevamos "Bufandas al cielo", un tomo editado por su autor, Víctor Manuel Robledo, que cuenta con una sencillez que se agradece pequeñas historias sobre el Sporting de Gijón. Para la colección. Salimos muy contentos, por la fantasía de creer que no solo estábamos ayudando al sostenimiento de esa librería, sino también a la de ese muchacho que tiene el valor de publicar a su costa estas historias.

Luego nos sentamos en una terraza de Jerónimo Ibrán, a ver pasar la gente y a contemplar esa vieja chimenea de ladrillo, al fondo de la calle, como un obelisco rojo. Como si este pueblo nuestro fuese una gran ciudad...




(www.panoramio.com)


No hay comentarios:

Publicar un comentario