viernes, 21 de febrero de 2014

A pares (II)

Y hay que decir que llueve...

Es el gallego, como todos los pueblos, un pueblo sabio, y sus refranes, como todos los refranes de todos los pueblos que son, un modo de sabiduría afinado por los años, la experiencia y una manera particular de mirar las cosas del mundo. El gallego, es un tópico, es ese ser escéptico y sentimental que vive en una esquina sobre el océano y que ha colonizado medio mundo sin decir una palabra más alta que otra, sin aparatosas estrategias bélicas, sin trompeterías ni solemnidades, tan solo con una maleta de cartón y un dulce acento. El gallego es saudadoso y desconfiado y cree que además de las cosas que vemos, existen otras, escondidas e intangibles, pero igualmente ciertas. El gallego, se recuerda mucho, puesto en mitad de una escalera es difícil precisar si sube o si baja. A mí, esta imagen me parece un emblema claro de esa sabiduría de la que hablábamos, porque, si se piensa solo un momento, la mayoría de las veces uno no sabe bien hacia dónde es mejor tirar…
Cuando hablo del gallego y sus refranes, me refiero, claro está, al gallego popular, al gallego normal y corriente que, como toda la gente normal y corriente, se parece mucho a todo el mundo. El otro gallego, el cortesano, el cacique o el registrador de la propiedad, ese es como todos los registradores de la propiedad, como todos los caciques, como todos los cortesanos que en el mundo hay…
Pues bien, tiene ese gallego popular un refrán que me parece una radiografía perfecta de estos tiempos. Dice así: “Mexan por un e hai que decir que chove”“Mean por uno y hay que decir que llueve” (todo el mundo lo habrá entendido a la primera, pero me hacía ilusión traducirlo, por la fantasía de creer por un momento que sabemos gallego…).
Y aquí debería terminar este artículo. En realidad el artículo debería constar únicamente de esas nueve palabras. Para eso están precisamente los refranes, para decir mucho con poco. “Refrán” (título), y luego: “Mean por uno y hay que decir que llueve”. Y punto y final.
Con esto creo yo que habría bastado. Sin embargo, uno es un poco charlatán y, además, casi cada día, al escuchar el boletín informativo de la radio, o al asomarnos a internet, o al ver uno de los telediarios de la tele, se nos viene a la cabeza este dicho, que suena dentro de nosotros, una y otra vez, con el suave acento galaico, con toda la melancolía de la lluvia mansa. Vamos por la casa como alma en pena camino de San Andrés de Teixido, murmurando esa sentencia, en gallego, por supuesto, y tenemos a la familia muy preocupada.
De manera que si alargamos este escrito es por ejercicio terapéutico, a ver si así se nos pasa la manía.
Todo este asunto trágico de la crisis se puede explicar con esa frase. Es indudable que mean por nosotros cuando nos abocan sin remedio al desempleo con una reforma laboral indecente, o cuando dejan a la intemperie a los más desfavorecidos y arropan a los poderosos, o cuando hacen de la justicia su sayo, favorecen el fraude fiscal de los grandes y ahogan a los pequeños. Es evidente que mean por nosotros cuando desarbolan la sanidad y la educación públicas y favorecen las clínicas privadas y los colegios del Opus, o cuando se enriquecen a manos llenas con dinero público mientras cantan las bondades del liberalismo y desahucian a los más indefensos y débiles…
Mean por nosotros cada día pero salen luego a contarnos que no son orines, no, eso que nos empapa, sino lluvia, una lluvia además benéfica que va a hacer de este país un lugar maravilloso; porque, gracias a ella, crecerá la hierba en los bancales y se poblarán de árboles los yermos; aparecerán los puestos de trabajo como nacen las setas en el otoño o la primavera y todos seremos felices y comeremos perdices…
Mean sobre nuestras cabezas cada día y no entienden que, desagradecidos, nos quejemos de que se pasen todo el tiempo arrojándonos esas inmundicias. Y así, están haciendo de este país un gran orinal en el que aliviarse cuando les viene en gana, corruptos y prostáticos.

En fin, que lo que dice el gallego: “Mexan por un e hai que decir que chove…”



(denia.com)


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