jueves, 27 de febrero de 2014

Día ajetreado

El jueves pasado fue un día largo y vario. Después de cinco clases, por la tarde nos fuimos al Partido de los Jueves, al que llamamos así porque lo celebramos ese día de la semana desde hace ya muchos años.

Luego, duchados y muy satisfechos por la actuación de nuestro equipo -solo hicimos tres jugadas dignas de ese nombre, pero tan hermosas que no solo nos sirvieron para conseguir un empate, sino también para salir del pabellón con una sonrisa en los labios-, nos acercamos a casa de los cuñados, a celebrar el cumpleaños de F. Le regalábamos un bastón, y estábamos inquietos. Aunque es evidente que lo necesita tras su operación, temíamos que nos lo fuese a tirar a la cabeza. También le habían comprado sus hijas un pañuelo y un par de golosinas más, pero lo del bastón nos preocupaba. Decidimos dárselo cuanto antes. 

Lo miró con desconfianza. En ese primer momento, estoy casi seguro de que se le pasó por la cabeza comenzar a darnos con él en las corvas. Pero se contuvo.

- Esto me va hacer muy abuela...-musitó mientras lo medía con la vista.

-Hombre, F. tienes cuatro nietos, uno de ellos con veinticinco años...

-Ya, pero yo no quiero parecer una abuela... Desde luego, cuando vuelva al pueblo, allí no lo voy a usar...-y continuaba sopesando el bastón.

Finalmente, salimos de allí indemnes y, antes de volver a casa, pasamos por el Indiano, que es un café muy acogedor, para la inauguración de una exposición de un compañero de A., Chema Arake, que es un dibujante espléndido, con un mundo propio muy sugerente. Nos gustó tanto que hasta compramos un dibujo, como si fuésemos coleccionistas. 

Llegamos al fin a casa, cansados y felices. Eso fue el jueves pasado. Hoy, tras ganar 6-3, volvimos a casa sin más. F. ya tiene el bastón guardado en el armario.


(Todo se arreglará -el dibujo que hemos comprado-)


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