Como siempre que hay una huelga o una manifestación, unos dicen que fue un éxito y los otros que un fracaso. Unos cuentan unas pocas decenas de pobres diablos, y los otros miles y miles... Hace tiempo vi en la tele un reportaje sobre una empresa que había patentado un método infalible para calcular con exactitud el número de asistentes a una manifestación. Con varias cámaras de vídeo colocadas a lo largo de la marcha y un sistema informático que calculaba el número de personas que ocupaba cada metro cuadrado, te hacían la suma tan limpiamente. Con esa invención suya, verdaderos emprendedores, crearon una empresa. Apenas duró unos meses. Tuvieron que cerrar por falta de demanda. Nadie, ni partidos políticos, ni sindicatos, ni ningún medio de comunicación, se interesó por la posibilidad de conseguir datos fiables sobre ese asunto del número exacto de manifestantes.
Ayer no sé si fuimos muchos o pocos, me da igual. Sé que la manifestación duró más de dos horas y que el gentío era enorme. Vimos a muchos amigos y saludados y conocí al fin a esa chica de Mieres que, igual que uno, lleva muchos años viviendo aquí, y trabajando también en un instituto, y de la que me lleva hablando T. largo tiempo. Nos dimos noticia uno de otro, recordamos nuestros años de estudiantes en el Bernaldo de Quirós... Fue una tarde agradable. Esperanza no tenemos mucha de que esto vaya a cambiar. Pero ahí estábamos nosotros. Nos quedan, además de la conciencia de haber hecho lo único honesto en un día como ese de ayer, esos encuentros y la música que sonaba por los altavoces. A P. la que más le gustó fue la de Queen; a nosotros la versión roquera de Resistiré. Cuando al fin todo acabó, mientras nos dispersábamos camino cada cual de su casa (naturalmente, no conté cuántos, pero parecía como cuando sales de un concierto, o de los toros en la Feria, o de un partido de fútbol, tantos éramos), hicieron sonar el Canto a la Libertad de Labordeta. Me pareció emocionante.
Luego, al llegar a casa, pensé que también habrían podido poner, para acompañar la marcha, el Dame veneno que quiero morir. También, me parece a mí, podría haber sido apropiado, ¿no? Para dedicárselo a Rajoy, o a la Cospe...
Parece que por fin conociste a Luisa. Ya hemos comentado otras veces que si algo debemos agradecer a esta administración y su buena gestión son estas manis donde nos volvemos a ver, nos conocemos, charlamos con unos y con otros...
ResponderEliminarEa, pues sí. Agradable mujer me pareció. Pero por lo que pude deducir, es de familia bien, y nosotros del barrio de San Pedro... Por cierto, le dije que tú siempre comentas que Mieres es muy feo...Qué injusta semejante afirmación...
ResponderEliminarCuídate.