viernes, 19 de octubre de 2012

Frankenweenie

Hace un par de días fuimos a ver Frankenweenie, la película del Burton.



Es preciosa. No sé yo cómo habrán sido las mejores películas de este año, porque no he visto prácticamente ninguna (desde The Artist no habíamos vuelto a ir a una sala), pero muy buenas tienen que ser las que quieran competir con este cuento terrible, tierno y maravilloso.



A pesar de ser una película de muñecos, se sigue su trama como si se tratase de seres reales, y en la hora y media escasa que dura, no se acuerda uno de nada -ni qué día, ni qué ciudad hemos dejado detrás de nosotros al entrar en la sala oscura-. Hay en ella una historia contada con la mayor de las sabidurías y un amor puro al cine, a viejas películas y a viejos actores que poblaron la infancia del director y también la nuestra. Amor y agradecimiento hacia todas esas historias felices que nos han hecho sentirnos, sin duda, más vivos. Porque al fin de esto es de lo que trata esta película y todo lo que sentimos y soñamos: de sentirnos vivos y , si es posible, no morirnos jamás.






P.D. La película es una nueva forma de contar, seguramente más poética, un historia que ya había narrado Burton en un corto. Este:


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