viernes, 5 de octubre de 2012

Ojalá mis sueños se hicieran realidad...

Nos lo contó, con gran secreto, nuestra sobrina C. A ella se lo acababa de decir, esa misma mañana, una compañera suya del instituto, que es japonesa. Y a esta se lo había hecho llegar su madre, por teléfono, que ha tenido que irse a su país a cuidar a su madre. Al parecer acababan de emitir allí el último capítulo de Doraemon, y - trago saliva antes de relatarlo aquí-, todas esas aventuras que dos o tres generaciones de niños llevan viendo y disfrutando en la televisión, no son otra cosa que los sueños de un niño, Novita, al que han tenido que amputar las piernas y se encuentra en coma en la cama de un hospital; y Doraemon tan solo un muñeco de peluche que tiene a su lado.

Nos dejó de piedra. P. aguantó el tipo, pero se le puso la mirada muy triste. Y A., la chica, que estaba en su cuarto haciendo los deberes, salió llorosa al pasillo, que fue donde C. nos informó de tan terrible asunto, a quejarse de que ya había tenido que escuchar aquello más de lo que era soportable.

Luego, de vuelta a casa, P. rompió de pronto el silencio fúnebre que nos envolvía en nuestro caminar:

-No creo que eso sea verdad- dijo, y no fue necesario preguntarle a qué se refería pues bien que lo sabíamos.-¡Si esos dibujos los ven niños muy pequeños!, ¿ cómo van a hacer eso?-reflexionó.

Y convinimos los tres que debía de tratarse de un malentendido, que seguramente también en Japón tendrían sus propias leyendas urbanas, y que esta del último capítulo de Doraemon debía de ser una de ellas. Que a la madre de la compañera de C. alguien se lo habría contado, y esta a su hija, y su hija a sus compañeras de clase, porque así circulan esa clase de historias, pero que no podía ser de ninguna manera un relato verdadero.

Al llegar a casa, P. encendió el televisor y salió un capítulo de la serie. De nuevo en silencio, nos quedamos un rato viendo las peripecias de ese gato cósmico y del pobre Novita. Sin embargo, en seguida cambiamos de canal.


1 comentario:

  1. Esa historia no es nueva; hace tiempo me comentaron a mí que habían subido a Youtube el último capítulo de la serie en el cual Novita se suicidaba al descubrir que todo era un sueño.
    Yo, como P., tampoco me lo creo. O no quiero creerlo, por respeto a mi infancia.

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