lunes, 27 de enero de 2014

Viejos libros y viejas canciones

Esperamos la llegada del nuevo año entre los libros de siempre. Cada año por estas fechas, leemos las mismas cosas: El "Libro de visitantes" de Jiménez Lozano...




..."La Navidad de un niño en Gales" de Dylan Thomas...



...("Por aquellos años, las Navidades se parecían tanto unas a otras en aquel remoto pueblo pesquero, Navidades carentes de todo sonido excepto del murmullo de voces distantes que sigo oyendo algunas veces antes de dormir, que nunca consigo recordar si estuvo nevando durante seis días con sus noches cuando yo tenía doce años, o si nevó durante doce noches y doce días cuando tenía seis...")... 




..."Los muertos" de Joyce ("Leves toques en el vidrio lo hicieron volverse hacia la ventana. De nuevo nevaba. Soñoliento vio cómo los copos, de plata y de sombra, caían oblicuos hacia las luces. Había llegado la hora de variar su rumbo al poniente. Sí, los diarios estaban en lo cierto: nevaba en toda Irlanda. Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el mégano de Allen y, más al oeste, suave caía sobre las sombrías, sediciosas aguas de Shannon. Caía, así, en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz corva y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos")...




...y cualquier página de Cunqueiro. Con ellos vamos consumiendo las últimas horas de todo un largo, ancho año... Por cierto que cuenta Cunqueiro, muy erudito de estas cosas, que para los antiguos gaélicos, los años tenían forma de gorro, y que hubo una vez un gigante que consiguió, no se sabe cómo, coger al vuelo uno de estos gorros que ya se iba, y retrasar así la muerte de un año, "como Josué detuvo la carrera del sol en día de batalla". Y recuerda que los años se pierden en el mar, al Oeste, y que nacen en el Levante, con "tímida faz infantil..."





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