Con F., mirando en el ordenador unas fotos antiguas que le han mandado sus sobrinos, bomberos de Madrid. En una de ellas, se ve a su padre en el campo, arando. Y F., mientras la contempla, va diciendo unas palabras preciosas: muleto, braván, bravancillo, luvio, jáquima... Y da mucho gusto oírselas.
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