jueves, 1 de diciembre de 2011

Un sueño

El artículo de hoy es onírico. Es el relato de una pesadilla que aunque no he llegado a tener, bien podría haberme asaltado cualquier noche y, lo que es peor, nadie puede asegurarme que no acabe soñándola un día de estos.

Es, también, un ajuste de cuentas con un columnista que jugaba hace años al fútbol con nosotros. Era concejal del ayuntamiento y dejó de ir cada jueves cuando lo llamaron para sustituir a uno de los suyos en el Parlamento. Fue poco antes de las elecciones anteriores. Cuando se marchó, en el vestuario quedamos todos muy melancólicos y pensativos, no por lo que perdíamos sino por ver qué clase de personas nos representaban a los ciudadanos en esa santa casa. "Si todos son como este...", suspirábamos.

A los pocos meses, tras aquellas elecciones, dejó su acta de diputado y regresó. Sin embargo, en lugar de volver a jugar al fútbol, los jueves los dedicó a publicar unos artículos muy cómicos en el periódico. Bueno, cómicos me lo parecen a mí, que él los escribe cada semana muy en serio. Son todos muy parecidos: Zapatero era Satán, Lucifer y todos los demonios juntos, y los conservadores, en cambio, grandes estadistas todos, benéficos, divinos y angelicales. A medida que la crisis se extendía, se ha ido creciendo el hombre, y ya los últimos eran terribles y rabiosos, algunos ciertamente violentos, clamando contra aquellos que aún iban a votar a los pérfidos socialistas, y tildándolos de masoquistas y tontos perdidos.

Un día también escribió a propósito de la educación. Bueno, de la educación exactamente no, pues ese es asunto que  debe de traerle al pairo, sino de las protestas de los profesores. Era un artículo de los más cómico. Como un trilero torpe, timaba a los lectores falseando todos los datos posibles con grosería y sin vergüenza y trataba de ridiculizarnos a los quejosos por, según él, no haber protestado antes. Opinaba que en el fracaso de la educación, culpa culpísima de los socialistas, habíamos sido nosotros, los de las camisetas verdes, cómplices necesarios, ya que nunca habíamos dicho esta boca es mía ante los despropósitos zapateriles y barreriles. Pensé en mandarle todos los artículos que habíamos publicado al respecto a lo largo de todos estos años, y cantarle las cuarenta, porque al final de esa columna también creí adivinar que se metía conmigo por haberme quejado de que un economista se encargase de los asuntos educativos... Me lo afeaba diciendo que nunca me había quejado, sin embargo, de que Leire Pajín fuese ministra de Sanidad...

Sus argumentos son siempre así, del tipo "¿por qué no dijiste nada cuando los socialistas, esos seres viles y malévolos, gobernaban?" Si alguien se mete con los suyos, siempre contesta de un modo semejante, en el estilo y tú más...

Pensé en escribirle, pero luego pensé: ¿para qué?, y lo dejé pasar.

 No le escribí entonces, pero ahora me ha sido imposible impedir que se me colase en mi sueño, y ahí aparece retratado. Como un artista pintor, lo único que espero es que se perciba el parecido...


3 comentarios:

  1. Como se puede ser un soñador
    En estos tiempos de hierro
    En nada pasa nada sucede
    Nada se va y nada viene

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  2. Bravo, Enrique, creo que es el mejor artículo que he leído en mi vida, sin exagerar.
    Enrique 1 - Columnista de los jueves 0

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  3. Que sepas que me gusta mucho más tu artículo de hoy que "el diz que cuento" de Monterroso, pero Raphael es historia viva de este país y nos enseñó el camino que lleva a Belén.

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