miércoles, 7 de marzo de 2012

Una carta

Arde estos días, civilizadamente, una polémica en los periódicos -en realidad en uno de ellos, El País-, sobre el uso sexista del lenguaje. El académico don Ignacio Bosque ha tenido la santa paciencia de leerse nueve guías, publicadas por los sindicatos y otras instituciones sobre este asunto del lenguaje sexista, y tras hacerlo, ha escrito un informe en el que denuncia algunas majaderías que ha encontrado en ellas. Fundamentalmente, ese afán por usar el masculino y el femenino allí donde existe el masculino inclusivo y donde todo el mundo entiende que nos referimos tanto a hombres como a mujeres, a niños como a niñas, a chicos tanto como a chicas... Da muy ponderadas razones para negarse a aceptar semejante abuso que haría muy dificultosa la comunicación, y denuncia el lenguaje político del "compañeros y compañeras", "españoles y españolas", etc., etc.



Ese informe, que han firmado todos los académicos, ha sido muy contestado, y llevamos cuatro días con réplicas y contrarréplicas en las páginas de ese periódico, en reportajes, columnas de opinión, artículos o cartas al director... La mayoría son muy sensatas, y aunque le dan la razón al profesor Bosque, también le avisan de que, desgraciadamente, aún existe en nuestra lengua, espejo de los que la hablan, rasgos machistas que estaría bien evitar...

Está siendo una polémica muy entretenida. Pero hay cosas mucho peores, e inquietantes. Ayer recibíamos, con la nómina, una carta del Director General de Recursos Humanos y Programación Educativa. El nombre del cargo ya resulta bien significativo, y deshumanizador. Este señor, José Jaime se llama, de apellidos Alonso Díaz-Guerra, tiene a bien comunicarnos que a partir del próximo mes ya no recibiremos más nóminas (¡horror!, ya no nos van a pagar, pensamos en un primer instante), porque quieren ahorrar papel y ser escrupulosos en el respeto al medio ambiente, y las van a colgar en internet (¡Uffff!, menudo alivio. Eso supone, entre otras cosas, que, de momento, piensan seguir pagándonos, nos decimos para darnos ánimos). Luego continúa, pasándonos la mano por el hombro, y nos recuerda los ímprobos esfuerzos que está haciendo el nuevo gobierno para poner orden en esta comunidad, y que han sido ellos los primeros en sacrificarse, eliminando algunos cargos - de los sueldos que cobran no dice nada, ni de las tres nóminas de la Cospedal, que no sé si las cobrará en mano, en un sobre que le llevará un propio hasta la puerta de su casa, o se las colgarán también en la internet-, por lo que no deberá molestarnos que el próximo mes nos vayan a reducir la soldada un 3%. Se despide muy afectuoso agradeciendo nuestra colaboración (???), y nos manda un cordial saludo. Bien.

Sin embargo, lo que me ha dejado espantado es cómo está escrita la carta de marras. Les copio su primera oración (?). Dice así: "Dentro de las actuaciones que el Gobierno de Castilla -La Mancha viene realizando en materia de gestión de los servicios públicos es el ahorro en los costes." Pues así, hasta el final. La verdad es que no sé cómo se las ha arreglado para que se le entienda. Yo creo que, pasado el sarampión de las vanguardias, uno ya es capaz de comprender cualquier cosa. 

Si un alto cargo no sabe ni siquiera escribir como dios manda, con unas mínimas nociones de gramática..., ¿a dónde vamos a ir a parar? Y no es esto lo más grave, sino el hecho de que este señor no sea consciente de ello y no la haya dado a leer, antes de mandarla a los miles de profesores de esta región,a alguien un poco más ilustrado. Pues estos son los que se ocupan de los graves asuntos del gobierno de esta comunidad.

Y encima continúa sin llover.


1 comentario:

  1. Yo siempre me he considerado -lo reconozco- bastante feminista. Aún así, la poca coherencia que me queda es suficiente como para darme por aludida cuando alguien habla de los españoles, los estudiantes o los jóvenes. El masculino genérico es algo que nos enseñan desde primaria y digo yo que, si se denomina "genérico" o "inclusivo", es porque nos incluye a todos.
    Siempre que sale este tema a relucir, me acuerdo de el gran F. S. Cantó que, burlándose de algunos ineptos que hay por el mundo, nos saludaba cada día con un maravilloso "¡Buenos días, jóvenes y jóvenas!".
    Está visto que, conforme uno se hace mayor, olvida sus conocimientos de Lengua española. Y si no que se lo digan al señor Díaz-Guerra que ya ni se acuerda de cómo se construye una oración (sujeto + verbo + complementos).
    Otro ejemplo más de que parece que los políticos, sobre todo los que se dedican al sector de la Educación, jamás hubieran puesto un pie en una escuela.

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