miércoles, 14 de marzo de 2012

Un hombre listísimo

Hace unos días, hizo su aparición el dueño de Mercadona y, encumbrado sobre todos los millones que ha ganado este año, se dirigió a los españoles.

Dijo, entre otras muchas cosas, que deberíamos todos aprender de los chinos, de su capacidad de trabajo y sacrificio. Me habría gustado preguntarle si también deberíamos convertirnos en una dictadura comunista.

Habló luego de la reforma laboral, y declaró que él habría ido mucho más lejos. Esto a mí me pareció una gran grosería, como quien sale a la palestra a proclamar que es él el que la tiene más grande...Y además, me pregunté, si con la que ya había le ha ido tan bien, ¿a dónde quiere llegar?, ¿hacia el infinito y más allá? 

Y lanzado ya, expresó su convencimiento sobre la necesidad de reformar profundamente la sanidad y la educación públicas, asuntos de los que debe atesorar tanto conocimiento como de la comercialización del papel higiénico, los muslos de pollo y los pimientos morrones.

Como opinó de tantas cosas, a mí me quedó la desazón de no haber estado presente en esa rueda de prensa, para que me leyese la mano o algo parecido y me dijese si nos va a tocar la quiniela algún día, y cuánto.

No sé. Aquí, en cuanto uno tiene algún éxito, si no es muy listo, se cree un gurú de la economía y hasta de la existencia humana... Yo, por mi parte, ya no voy a volver a esos supermercados, porque me va a dar una impresión muy fuerte cada vez que me acerque a la entrada de uno de ellos, como si estuviese ante el umbral de Oxford o Cambridge... Así que, como ya estamos haciendo desde hace un tiempo, visitaremos cada vez más las pequeñas tiendas del barrio, donde el panadero se dedica a amasar el pan, el charcutero a sus chuletas, el pescadero a sus pescados y la frutera a su árboles y sus huertos y ninguno de ellos a pontificar sobre nada...


1 comentario:

  1. Sí, también dijo este extraño hombre que sus hijas tenían las mismas posibilidades que cualquiera de sus empleados para dirigir la empresa... ya me lo estoy yo creyendo, ya...

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