Como acostumbran a hacer las
cadenas de televisión, venimos hoy no a contar nada sino a anunciar que lo
contaremos. Próximamente. Si nada lo estorba, mañana mismo.
A partir de mañana
volveremos a alimentar este candil con el aceite de lo vivido: gentes y nubes,
los viejos buenos amigos y algunas
calles de un lugar en el Sur y de otros en el Norte... Los bucolismos de Palacio,
los caminos y las playas, lo visto y lo leído… Ah, también estuvimos en un
hospital, participamos en un programa de televisión y nos cruzamos, una tarde
lluviosa sobre un puente, con un arzobispo y la muerte…
Como se ve, nada del otro mundo…
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