miércoles, 8 de junio de 2011

Tarde entretenida

Estuvo ayer la tarde la mar de entretenida. En apenas unos minutos, mudaba el paisaje del cielo como si fuese el decorado de una obra del Romanticismo.




Se veían unas nubes blancas e inocentes, como rebaños que estuviesen pastando en los azulísimos campos celestes, y al pronto todo cambiaba, se deshacían esos rebaños y todo lo ocupaba una oscuridad ominosa color tinta de calamar. Sonaban entonces unos truenos muy dramáticos, como el gong del palacio de Fu-Manchu, y se dejaba caer un aguacero violento y desatado, también muy romántico.


Cuando al fin cesaba este, cinco minutos más tarde, volvían a asomarse las lanudas ovejas, y grandes trozos de cielo azul recién lavado, muy luminoso. Esto duraba una media hora. Porque al pasar esta, otra vez un  ejército de nubes negrísimas y aguerridas, prietas sus filas, conquistaba el horizonte y terminaba borrándolo todo. Y de nuevo se dibujaban los garabatos y cicatrices de los rayos sobre el cielo, y el retumbar de los truenos, y la lluvia torrencial.


Así una y otra vez. Nos lo pasamos divertidísimos en la ventana.



1 comentario:

  1. Digo yo que estos cambios en el tiempo deben ser la representación de los cambios de humor de los alumnos que nos examinamos de PAEG estos días.

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