jueves, 13 de octubre de 2011

Saber perder

Decía Albert Camus que él todo lo que sabía sobre la moral y las obligaciones de los hombres lo había aprendido jugando al fútbol. Yo, en cambio, haciendo lo mismo, lo único que he aprendido es que no sé perder...

Saber perder es muy difícil. Sobre todo si uno, a pesar de la edad, no ha madurado aún lo suficiente. Les refiero:

La semana pasada comenzó una nueva temporada de futbito. Comenzamos estupendamente, con una victoria incontestable: 5-1. Jugamos imperiales y espléndidos. Nada pudieron los adversarios ante nuestras acometidas enérgicas y, en algunos momentos, hasta un punto artísticas.


Hoy, sin embargo, la cosa ha sucedido al revés, 2-4, y una sensación de amarga impotencia.

Espoleados por la derrota de la semana pasada, ha llegado hoy el equipo contrario muy belicoso y aguerrido, y aunque hacemos todos un fútbol de residencia de ancianos, con mucho cuidado de no caernos y averiarnos las cáderas y las rodillas, han desplegado una táctica un tanto agresiva, de pierna fuerte y faltas tácticas que nos arruinaban los contraataques y, cuando los conseguiamos, nuestros acercamientos a su portería. Estas estrategias, si uno va ganando, no incomodan ni importan lo más mínimo. Ahora, si vas perdiendo, a mí me sacan de quicio...


Así que en una de las escasas ocasiones en que logré zafarme de mi marcador, cuando este me agarró por la cintura, tal que quisiese sacarme a bailar un vals, me ofusqué un tanto. No obstante, no dije nada.

Pero lo que ya no pude resistir fue cuando esta fea acción se repitió cinco minutos después. Íbame yo como una flecha -bueno, más o menos- con la portería contraria entre ceja y ceja, cuando sentí cómo me cogían del calzón y, no contentos con esto, me pisaban el pie y daban con mis huesos por el suelo, desmañados como un muñeco de trapo, brazos y piernas enredadas en raro amasijo. Así que cuando vinieron mis agresores a disculparse, me levanté con cara de asesino y dije, con todas las letras, la siguiente oración exhortativa: "Iros a tomarrrr porrrrr culo..." Así, arrastrando mucho las erres. Sí, eso dije. Vergonzoso, pero sí; grosero e infantil; completamente idiota... Si hubiésemos ido ganando, lo repito, me habría levantado como si nada hubiera sucedido y hasta puede que hubiese hecho la V de la victoria con los dedos. Luego me habría abrazado al contrario fraternalmente, asegurándole que nada había pasado, que no se preocupase: "Nada, no ha sido nada... Seguimos jugando..." Hasta es posible que no me hubiese cobrado la falta. Pero íbamos perdiendo...


Al final, el hombre que me había maltratado de semejante manera se me acercó. Le di la mano, nos abrazamos, y le confesé la cruda y descarnada verdad: "No sé perder, amigo, eso es lo que pasa..."

Y me volví a casa cabizbajo y lleno de pesadumbre, pensando que tal vez sea ya hora de colgar las zapatillas deportivas y, como no acabamos de cuajar, abandonarlo todo y no jugar ni el parchís...

A P. le vamos a apuntar a un equipo de baloncesto donde juegan varios de sus amigos. Me han contado que el curso pasado solo ganó un partido. Me ha parecido el lugar ideal para que se vaya acostumbrando y no salga a su padre...



5 comentarios:

  1. Carmela este año se apuntó al equipo de baloncesto del cole, el año pasado quedaron las penúltimas en la liga.....

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  2. Fíjate si no sabré perder yo que no me apunto nunca a nada solo por evitarlo.
    Ánimo, compañero, sigue jugando y suelta por esa boca todas las exhortativas e imprecaciones que se te antojen, que bastante hemos de guardar la compostura cada día.

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  3. Como dice una conocidísima frase "lo importante es participar". Tú no te rindas, y a por todas.

    Por cierto, ¿"El asesinato de la profesora de lengua"?; casi me muero de la risa cuando me lo contó mi hermano, vaya ideas que les dais a los chiquillos... Yo, por lo pronto, ya tengo en mi poder "Donde los árboles cantan", estoy deseando empezarlo.

    Una última cosa, me mandan recuerdos para A. tres chicas munereñas que he conocido en la residencia.

    Saludos para todos.

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  4. Lo que es menester es que salga al padre; aunque si lo hace a la madre, pues tampoco está mal.
    De todas maneras ¿quién sabe perder? Anda que nos lo explique...

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  5. ...tras el último, no va nadie (y "asina" no tienes que esperar a la entrega de trofeos...)

    saludos ya desde casa...

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