miércoles, 13 de abril de 2011

Economía o ética

Esta mañana han montado una pequeña feria del libro en el colegio de P. Lo hacen todos los años. Las familias le cedemos viejos volúmenes que ya no vayamos a leer más y los venden a uno, dos o tres euros. Lo que  recaudan se lo ceden a una asociación que ayuda  a niños con  enfermedades graves. Nos piden también cada año que les demos a nuestros chiquillos un poco de dinero, porque a lo largo de la mañana los llevan a que se compren alguno que les guste. Como no teníamos suelto, en esta ocasión a P. le hemos dado diez euros.

Al mediodía, cuando llegué a casa, me informó que se los había gastado todos. Me hizo las cuentas:

-Un pequeño libro de cuentos para irse a la cama, para su prima Ana (2 euros); un dibujo de un caballo sobre madera de marquetería, para su prima Carmen(5 euros); una novela titulada El Tiempo, el Espacio y el tío Albert (1 euro); y un tomo sobre el Espacio (1 euro).

-Eso suman nueve, P.- le dije.
-Sí, el otro se lo presté a un amigo, que le faltaba para comprar el libro que le gustaba-nos explicó-. Pero mañana me devuelve un euro con cincuenta céntimos- continuó.
-¿Cómo? Pero si tú solo le has prestado...
-Ya, pero él me dijo que me devolvería eso...

Y entonces, durante unos segundos, no supe bien qué contestarle. Naturalmente, lo primero que me vino a la cabeza fue decirle que ni se le ocurriese coger esos cincuenta céntimos de más, que los favores no se cobran, y menos a un compañero... Pero de pronto me asaltó la duda terrible: en los tiempos que corren, ¿sería esta la respuesta correcta, la lección adecuada?; ¿no estaría, al contarle todo eso, abortándole un prometedor futuro como banquero, comisionista o consejero administrativo de alguna próspera multinacional? Dudé, confieso que dudé, y a punto estuve de decirle que muy bien, que había hecho lo correcto, y que la próxima vez que le pidiesen un euro, subiese el interés con la excusa de la crisis... Sin embargo, no sé muy bien por qué, le dije lo primero que se me había ocurrido, que ni se le pasase por la cabeza aceptar esos cincuenta céntimos, que los favores no se cobran , y menos a un compañero...

Con un padre así, será muy difícil que nuestro hijo se haga alguna vez millonario.

1 comentario:

  1. El año pasado mis hijas fueron unos días a una granja-escuela con el colegio, los profesores nos dijeron que podían llevar 10€ para gastar, María volvió con 12, no preguntes. Veo que, aunque nuestros hijos tienen una relación familiar ya un poco lejana, comparten algún gen.
    Begoña

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