martes, 5 de abril de 2011

Las metáforas las carga el diablo (Asesinato en el aula)

El otro día maté a un alumno. Ya no podía con él. Le clavé un cuchillo en el corazón.


Aparentemente se trataba de un muchacho dulce y cariñoso, pero al poco tiempo se descubría que su única misión era sacar de quicio al profesor para que este acabase arrojándose por la ventana. Es probable que estuviese incluso preparado para que, el día que eso ocurriese, puediese grabar el suicidio y ganarse así unos euros vendiendo esas imágenes a cualquier televisión. Entre otros comportamientos y actitudes desasosegantes, acostumbraba a realizar unas preguntas extrañísimas. Por ejemplo, un día, al haber dicho yo algo sobre el ancho mundo a propósito de no sé qué asunto literario, levantó la mano y me preguntó muy seriamente que dónde estaba exactamente ese lugar. Me dejó con la boca abierta.




Desde entonces, cada vez que levantaba su manecilla morena, me echaba a temblar. Lo normal es que fuesen cuestiones absurdas y sin relación alguna con lo que se estuviese tratando en ese momento. Por eso, cada vez que alzaba su mano, le invitaba a reflexionar:

-X., si la preguntas que vas a hacer no tiene nada que ver con lo que os estoy explicando, te esperas y me la haces cuando suene el timbre y la clase haya terminado.

Entonces se ruborizaba un poco -un artista de la simulación-, bajaba el brazo de inmediato y no decía nada.

Sin embargo, otras contestaba que sí, que lo que quería preguntar venía al hilo de lo estudiado, y formulaba su duda. Por ejemplo, una mañana en la que estábamos hablando de los géneros literarios, ante mi acostumbrado aviso me respondió muy seguro:

-Sí, profesor, hoy sí que tiene que ver con lo que nos estás contando.

-Bueno, vale. A ver, qué es lo que no entiendes.

- A usted (X. unas veces me trataba de usted y otras de tú), ¿qué libros le gustan más, los que llevan estampas o los que no las llevan? 


De manera que el otro día decidí matarlo. Se me ocurrió de repente, mientras trataba de explicarles el complemento agente.

- Reconocer  un complemento agente es como descubrir a un asesino que se ha dejado olvidadas tres pistas capitales- les dije. - Imaginaos que un buen día, invernal y oscuro, se marcha de repente la luz y, al volver de nuevo esta, nos encontramos el cuerpo sin vida de X. caído en el suelo al lado de su pupitre, rodeado por un charco de sangre- me acerqué hacia X., que me miraba con extrañeza y puse mis manos sobre sus hombros. -¡Un afilado cuchillo está clavado en su pecho!- grité para darle más dramatismo al relato al tiempo que apretaba los hombros de X. - Evidentemente, no se ha muerto de un infarto, así que debemos descubrir al asesino, que está entre los que ocupamos el aula- y aproveché que seguía con mis manos sobre sus hombros para zarandearlo un poco. -Afortunadamente, el asesino ha dejado tres pistas: 1ª. Una toallita limpiagafas de las que venden en Mercadona -nombré a los que las llevábamos, a las gafas me refiero, ocho o nueve; 2ª.Un recorte del Marca del día anterior- solo quedamos cuatro, los varones-;  y 3ª. Tres pelos canos. La primera señala a los que tenemos gafas; la segunda a un varón, y la tercera a alguien con el pelo ya cano... Luego el asesino...soy yo- voceé mientras sacudía los hombros de X. a izquierda y derecha.




-Pues bien- terminé mientras abandonaba la cercanía de X.,  y el tono exaltado y me volvía  a mi mesa desahogado y feliz-, del mismo modo un complemeto agente se descubre por tres señales o avisos, a saber: acompaña siempre a un verbo en voz pasiva, debe ser un sintagma preposicional con la preposición... etc., etc.


¿Después de esta lección, volverá a hacerme esas preguntas peregrinas X.? No me cabe la menor duda. Mañana mismo sin ir más lejos. Del complemeto agente, sin embargo, no recordará absolutamente nada.

3 comentarios:

  1. ¿Por qué si el agua es masculino decimos "el agua está fría"?

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  2. Si no te pregunta de qué era la pizza, no lo des todo por perdido.

    También podías haber puesto "X fue asesinado por su profesor" No haremos mención a quien es más "paciente" que agente.

    En esas he estado yo esta mañana.

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  3. jajaja qué aventuras!

    hoy he empezao el curso de fotodocumentalismo y estoy emocionadísimo. voy a intentar hacer un proyecto importante! jeje ha merecido la pena el precio...

    aquí un articulillo (y es fotodocumentalismo, no fotoperiodismo, que no es lo mismo ni mucho menos, y el "periódico" como se puede observar se equivoca en su titular)
    http://www.granadahoy.com/article/ocio/943881/ernesto/bazan/vendra/curso/sobre/fotoperiodismo.html

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