Hace una semana, y parece que fue ayer, estábamos en Mieres, comiendo con mi hermano y jugando con los sobrinos. Hoy ha llamado G., que tiene cinco años, para comunicarnos que le estaba escribiendo una carta a P. donde le dice lo mucho que se acuerda de él.
Hace una semana, y es como si hubiese sido ayer, P. y yo nos fuimos a pasar la tarde a Oviedo, a casa de C. y de H. Desde la cocina de esa casa se ve la sierra del Aramo, y mientras hablábamos de esto y lo otro, mientras los chiquillos jugaban en el salón, a mí se me iba la vista hacia esas montañas tras las que se iba ocultando el sol de invierno, perezoso y dulce...
No hay comentarios:
Publicar un comentario