domingo, 26 de febrero de 2012

Descanso dominical

Hace una semana, y parece que fue ayer, estábamos en Mieres, comiendo con mi hermano y jugando con los sobrinos. Hoy ha llamado G., que tiene cinco años, para comunicarnos que le estaba escribiendo una carta a P. donde le dice lo mucho que se acuerda de él.

Hace una semana, y es como si hubiese sido ayer, P. y yo nos fuimos a pasar la tarde a Oviedo, a casa de C. y de H. Desde la cocina de esa casa se ve la sierra del Aramo, y mientras hablábamos de esto y lo otro, mientras los chiquillos jugaban en el salón, a mí se me iba la vista hacia esas montañas tras las que se iba ocultando el sol de invierno, perezoso y dulce...

Hoy hace una semana de esa tarde, y ahora que la recordamos nos comienza a parecer ya muy lejana...



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