Desde Semana Santa, el equipo de P. no hace otra cosa que ganar. El viernes último con solvencia, seguro, firme... P. metió ocho puntos, cogió varios rebotes y, sobre todo, robó media docena de balones hurtándoselos al base contrario e iniciando fulgurantes contraataques. Vivimos, los padres, en un éxtasis constante... La cara de satisfacción que veíamos en los rostros de los padres de los otros equipos al comienzo de la temporada, se nos dibuja ahora a nosotros. Pero la victoria resulta siempre mucho menos poética y más difícil de contar, y hasta da un poco de vergüenza hacerlo. Y así le recuerdo a P.-y de paso a mí mismo- lo que dice Ramón Eder: "Cuando nos elogian tenemos que procurar (y no es fácil) no hacer el pavo real de ninguna de las maneras".
miércoles, 9 de mayo de 2012
El dulce camino de las victorias
Desde Semana Santa, el equipo de P. no hace otra cosa que ganar. El viernes último con solvencia, seguro, firme... P. metió ocho puntos, cogió varios rebotes y, sobre todo, robó media docena de balones hurtándoselos al base contrario e iniciando fulgurantes contraataques. Vivimos, los padres, en un éxtasis constante... La cara de satisfacción que veíamos en los rostros de los padres de los otros equipos al comienzo de la temporada, se nos dibuja ahora a nosotros. Pero la victoria resulta siempre mucho menos poética y más difícil de contar, y hasta da un poco de vergüenza hacerlo. Y así le recuerdo a P.-y de paso a mí mismo- lo que dice Ramón Eder: "Cuando nos elogian tenemos que procurar (y no es fácil) no hacer el pavo real de ninguna de las maneras".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario