martes, 29 de mayo de 2012

Lector voraz

No quisiera presumir, pero ayer por la tarde me leí tres libros. De la primera a la última página, sin saltarme una. Esto, supongo, hará de mí un personaje célebre en mi barrio, y no sería raro que me concediesen un premio al lector más voraz y compulsivo de la ciudad toda. 

Bueno, en realidad, libros, libros..., no sé si se les podrá llamar eso a estos tres tomitos que caben  juntos en la palma de la mano de un niño, y suman cada uno poco más de sesenta páginas. No lo sé. Ahora bien, son los tres deliciosos, hondos, sentimentales, sabios, entretenidísimos y profundos. Son tres libros, o no, que tratan, en principio, de fútbol, en concreto de la razón por la que cada uno de sus autores es hincha de un equipo determinado.



El primero se titula Una insolencia y lo firma Marcos Abal, un periodista gallego que narra en él las razones por las que es seguidor del Barça; el segundo, Una cuestión de fe, del gran Enric González, es, siendo los otros dos tan hermosos, el mejor, y entre otras muchísimas cosas explica este corresponsal y escritor maravilloso los caminos que le condujeron a ser hincha del Espanyol de Barcelona; y por último, el tercero, Grupo salvaje, lo firma Manuel Jabois, articulista desprejuiciado e impagable, que expone los motivos por los que es aficionado irredento del Real Madrid.



Son tres libros llenos de poesía, que es lo único verdaderamente bueno que se puede decir de un libro, y como cualquier libro valioso, hablando de fútbol, hablan de un buen número de asuntos igualmente serios e incumbentes. Verbigracia:


"Había ropa de domingo; quizá todo el que ha tenido ropa de domingo, aunque sea con rodilleras, tendrá a la fuerza un poso de tristeza en su interior del que no va a desprenderse nunca en toda su vida".

"Para eso se escribe, para equivocarse con más o menos acierto".

"El niño todavía salta en los charcos, se mete el dedo en la nariz pero solo saca bendiciones. Los niños distan mucho del puerco de los semáforos".

"Confirmado: hay imbéciles por todas partes, aunque los que tienes cerca son los peores..."

"El pasado solo sirve para eso, para añorarlo, fuera bueno o malo. Se añora por hacer algo con el pasado. Exceptuando el pasado todo lo demás es picor o ir a la cocina a beber agua o volver del retrete. Debería servir para aprender algo, el pasado, pero se aprende muy poco, tropezamos una y otra vez con la misma piedra e insistimos en los mismos errores como si tuviéramos miedo a no fracasar, acostumbrados como estamos al fracaso".

"Escribo para borrar después. Pero algo tendré que dejar".

Estas citas pertenecen al primero de los citados, el de Abal, pero lo mismo podríamos haber hecho con los otros dos y espigar en ellos un buen montón de citas. Se habla en todos de la Historia, de la infancia y la adolescencia, de este país nuestro, y también, claro, de fútbol, tal vez las reflexiones más lúcidas que uno haya leído jamás sobre tan trascendente asunto...



No hay comentarios:

Publicar un comentario