viernes, 25 de noviembre de 2011

Las hojas huérfanas

Todos los otoños, cuando llega el frío y soplan vientos crudos e inclementes, algunas de las hojas caídas del paseo vienen a buscar refugio a nuestro portal y nos las encontramos, cada mañana, acurrucadas en una esquina o esparcidas en desorden. Doradas, oxidadas y quebradizas como las manos de los viejos, entran por debajo de la puerta y pasan allí la noche. A mí me gusta mucho encontrarme el portal así, lleno de hojas huérfanas. Sin embargo, los vecinos no son de la misma opinión, y las de la limpieza las recogen cada día y las echan a la basura...


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