viernes, 13 de mayo de 2011

Trapiello

Del mismo modo que A.  termina su relato cerrando la ventana de su cuarto el último día de un año, así hemos cerrado nosotros Apenas sensitivo, una noche de primavera. Nos quedamos largo rato en silencio, pensando en la suerte de habernos encontrado, hace ya muchos años, con estos libros. Son siempre iguales y distintos, y da un poco lo mismo que sean más voluminosos o menos, que estén hechos con los mismos minbres cada año, a saber: retratos de amigos y enemigos, caricaturas, odas a la vida retirada o familiar, líricas descripciones, amenísimas crónicas viajeras, aforismos -exentos o incrustados en párrafos que hablan de esto o aquello-, las historias de El Rastro, encuentros y desencuentros...; o que estén llenos de iniciales que no siempre se pueden reconocer. Todo esto da igual, porque lo importante es la cálida compañía que nos traen, las horas entretenidas y felices que nos regalan cada año. Y también el extraño modo en que nos hacen creer mejores de lo que somos.



Así que si un día, por lo que fuese, nos viéramos en la obligación de desprendernos de nuestros libros y únicamente se nos permitiese salvar uno solo de ellos, elegiríamos sin dudarlo uno de los tomos de estos diarios, no importa cuál.


P.D. En los chats que organizan en los periódicos para que la gente les pueda preguntar lo que le plazca a famosos, científicos, escritores y otras personas de mérito, se pueden leer cosas muy interesantes, claro está, pero por la naturaleza de una conversación como esa, por la rapidez y urgencia con que  deben contestar las cuestiones que se les plantean, acostumbran a ser sus respuestas un poco destartaladas, apresuradas, de aliño. Salvo si el que contesta es Andrés Trapiello. Entonces, se pueden leer cosas como las que AQUÍ les dejo, bellísimas, poéticas y emocionantes.

P.D. 2 Y si alguien está ocioso y tiene tiempo, esta larga conferencia encontrada en youtube.

No hay comentarios:

Publicar un comentario