jueves, 15 de septiembre de 2011

Londres

Hasta Santander, lluvia y cielo triste. En estas condiciones estaba el mar precioso. Por el secular atasco entre Llanes y Unquera lo pudimos ver a nuestras anchas, sobre todo entre Pendueles y Buelna…

En Londres el cielo lo encontramos exactamente igual, y también lloviznaba de vez en cuando. La campiña inglesa, sin embargo, se veía un poco parda. Las ovejas pastaban, como todas las ovejas, con cara de gobernanta británica.

Como el hotel lo teníamos en Kensington y nosotros entramos en la ciudad por los Docklands, dimos un bonito tour por casi toda la ciudad, que cruzamos de este a oeste o, por ponernos imperiales, de oriente a occidente. Pasamos junto a la Torre de Londres y el Tower Brigde, vimos el Big-Ben, y desde Trafalgar Square cruzamos las blasonadas puertas que llevan a The Mall, la avenida de suelo color ladrillo que, al lado de St. James, conduce hasta el Palacio de Buckinghan. La reina no estaba en casa. Al parecer andaba por Australia, de vista familiar a sus súbditos más lejanos. Luego, bordeando Green Park, llegamos a Hyde Park, y de allí al Albert Memorial y, ya muy cerca, el Kensington Close, que para ser un hotel inglés, no estaba nada mal…Por ejemplo, el baño no estaba enmoquetado...

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