Ayer le contó su madre a A. el velatorio de la prima Mª. Luisa. Le explicó que tardaron un tiempo sus hijas en darse cuenta de su muerte, porque sucedió por la noche, mientras dormía, y ellas era la primera vez que se enfrentaban con semejante trance. Llevaba enferma varios meses la prima Mª Luisa, muy enferma, pero los últimos días parecía haberse recobrado un tanto, y a pesar de sus 81 años se la veía con muy buen color de cara, casi sin arrugas, muy guapa...
Y siguió contando mi suegra cómo, tras la muerte, la habían amortajado, y pintado los labios, y dado color a las mejillas. "Le pusieron rubor -le contaba F. a su hija- pero se les fue la mano, y parecía la pobre una santa borracha. Yo no quería decirles nada a las hijas, por si se molestaban, pero ya se dieron cuenta ellas, y le rebajaron un poco esos coloretes, y ya se quedó muy guapa." Y volvió a pedirle a su hija, como otras veces, lo siguiente: "A mí cuando me muera me pintáis bien. Porque menuda cara de muerta se te pone cuando mueres".
Pero la muerte no es un ángel ,
ResponderEliminarni un hombre ni una mujer mala
no es una calavera
¿cuántos días nos toca vivir?
la muerte no tiene guadaña
la muerte guarda un secreto
bajo su sabana aguarda
y ese terrible secreto
es que la muerte no es nada
no es nada