lunes, 30 de enero de 2012

Machismo (mi corazón al desnudo)

Fue lo que pensé nada más entrar al pabellón. Vi al equipo contrario y me dije: "Hoy a lo mejor sí". Pensé durante unos minutos que tal vez este viernes iba el EBA a ganar al fin. Y todo porque el equipo contrario estaba formado exclusivamente por chicas. Lo confieso, en el fondo del corazón se me levantó, tal que un vientecillo trotador, esa esperanza. Pensaba uno que no era, en absoluto, machista, y ya ven, en un momento, se ve que sí. Los únicos atenuantes que puedo presentar en mi defensa son esas locuciones, ese "a lo mejor", ese "tal vez"...

 Luego, cuando me fijé un poco más, me di cuenta de que eran todas bastante altas, y muy flexibles, y, en el calentamiento, entraban a canasta con una elegancia suprema, y botaban el balón con técnica impecable, y lanzaban y no fallaban una... Finalmente, llegó nuestro amigo Pedro, el padre de C. G., compañero de P. desde la guardería y gran amigo, y jugador también de este EBA. "Son buenísimas. Conozco a la madre de la más alta. Trabaja conmigo en la universidad. No han perdido ni un partido. Hace un par de semanas les cerraron el marcador a los de las Seiscientas..."

Y a nosotros, también a nosotros nos cerraron el marcador. El único consuelo fue comprobar que P. va progresando. Jugó bastantes minutos, se desmarcó con habilidad, dio un par de pases que no fueron interceptados -se los bloqueaban prácticamente todos, con esos brazos larguísimos y longilíneos que tenían esas muchachas-, acertó una canasta desde bastante lejos, que entró limpia, dio un par de asistencias, defendió con algo de más brío que en otras ocasiones, se cobró una personal -los tiros libres correspondientes los lanzó con estilo aunque sin fortuna-, saltó, se cayó, se levantó...

Pero yo me volví con la comezón de haber albergado el pensamiento ese del comienzo...



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