miércoles, 9 de febrero de 2011

Egipto

Entre muchos otros defectos, arrastro el de no ser capaz de entender casi nada si no me lo cuentan a través de la literatura. Por ejemplo, la Historia, a no ser que se me presente en forma de novela, es raro que la comprenda. De modo que, para tratar de saber lo que está ocurriendo en Egipto, además de leer las crónicas de Enric González, espléndidas todas ellas, me he leído "El edifico Yacobián", recomendado por este hace ya un par de meses, antes de que estallase el conflicto, en su BLOG . Efectivamente, es una novela magnífica. Galdosiana.



Las crónicas de los periódicos, las noticias, tienen siempre algo abstracto e incomprensible. Por ejemplo, cuando hablan de los egipcios, nosotros nos preguntamos quiénes serán; si comentan que han muerto ya trescientas personas, la cifra nos aleja del dolor que habrá traído cada una de ellas a sus familias, a sus amigos... Sin embargo, en una novela, si es buena, conoces muy bien a los protagonistas, tienen nombre y apellidos, rostros definidos, un particular modo de hablar, unas costumbres... Cada uno las suyas. Y solo así se puede entender algo. Por ejemplo, que no existen los egipcios, sino este y aquel, cada uno de ellos con su nombre y apellidos, con un rostro definido, un particular modo de hablar y unas costumbres... Leo las noticias, y se me escapa casi todo, pero tengo muy nítidos en mi memoria a Zaki Bey el Desouki, a su hermana Daulet, al joven Taha, a Busayna, El Fouli o Suad, y me parece conocer algo verdadero de la vida de esas gentes y de ese país del que casi solo conocemos sus pirámides y el pasado legendario que las vio levantarse.


Alaa Al Aswany

"-¿Adónde te gustaría ir?
-A cualquier sitio lejos de este infierno.
-¿No te gusta Egipto?
-Claro que no.
-¿Cómo? ¿Quién puede odiar a su país?
-Nunca me ha dado motivos para quererlo. (...) Tú no lo entiendes porque vives bien. Cuando tienes que pasarte dos horas en la estación de autobuses, o tienes que tomar cada día tres autobuses para llegar a casa mientras te meten mano. Cuando tu casa se derrumba y el gobierno te aloja en una tienda, en la calle, con tu familia. Cuando la policía te insulta y te golpea por montarte en un microbús por la noche. Cuando te pasas todo el día de tienda en tienda buscando trabajo y no lo encuentras. Cuando eres un joven con estudios y ganas pero no tienes en el bolsillo más que una libra y a veces ni eso. Solo entonces sabrás por qué odiamos Egipto".

Necesitamos la literatura como los niños chicos los cuentos antes de irse a dormir.

El edificio Yacobián

(También hace varias recomendaciones Ramón Lobo AQUÍ, casi todas también de novelas. Debe pensar que no hay mejor modo, para conocer cualquier cosa, -a uno mismo, a los demás y lo que pasa en el mundo-que una buena novela. Nosotros estamos convencidos de ello).

1 comentario:

  1. Simplemente con el párrafo que has sacado de la novela se entiende perfectamente las desgracias que viven en Egipto. Mucho mejor que viendo en los telediarios a las masas enfurecidas por culpa de un presidente que los países occidentales y Estados Unidos han mantenido en su puesto por conveniencia.
    Si todo fuera tan sencillo como leerse una novela...

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