martes, 15 de febrero de 2011

Tiempo loco

Estuvo ayer el día muy voluble y díscolo. Por la mañana nublado, gris, muy hosco. Luego el viento deshizo tanta murria y quedó un cielo azul veneciano, como si lo acabasen de pintar. Limpio mediodía. Sin embargo, no sé si las mismas nubes de la mañana o  unas primas suyas, todo se volvíó a ensombrecer a media tarde. Color de plomo el cielo, cerrados los horizontes, todo amenazaba lluvia. El viento, muy frío, actuaba de escenógrafo.

Aquí, días así son muy raros. Si luce el sol, lo hace todo el día, incluso varios seguidos. Si, `por le contrario, el tiempo es malo, también suele durar una o dos jornadas. Es un tiempo ordenado, previsible, de gran monotonía. De manera que un día como este que les he contado, nos resultó muy entretenido, y nos mantuvo frente a la ventana toda la tarde, sin hacer otra cosa que mirar cómo iba variando el paisaje. Como quien sigue el argumento de una novela de intriga. Nos lo pasamos muy bien.

Hoy, sin embargo, tan solo llueve.

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