viernes, 11 de febrero de 2011

Verídicas historias

Hace ya muchos años, había un humorista que salía por la televisión y que, antes de comenzar sus chistes, ponderaba la realidad de sus historias repitiendo con insistencia que los hechos que iba a relatar eran todos rigurosamente ciertos. Creo recordar  que usaba el adjetivo verídicos. Evidentemente se trataba de un cómico ilustrado que había leído a Aristóteles.

También Cervantes tenía este prurito, y es asunto que llega hasta nuestros días, con todas esas novelas que no se sabe muy bien si lo son o no, como los Relatos reales de Cercas, o su Anatomía de un instante, que no se sabe si es una cosa u otra...



Pues bien, ahora somos nosotros los que nos hemos tropezado con el asunto este de la verosimilitud, pues lo que venimos a contarles parecen, efectivamente, un par de chistes. Y no, no se trata de unos inventos industriados por alguna mente ociosa y llena de ingenio. No. Lo que les voy a contar a continuación, breve y contundente, sucedió hace tan solo unos días, en un viaje a Madrid, y son, los dos diálogos, verídicos.

Diálogo primero:
Un grupo de alumnos del instituto, de excursión en la capital, para ver una obra de teatro y un par de museos. En la Puerta del Sol, unos periodistas de una tele local se les acercan y les preguntan:
-¿Alguno de vosotros es celiaco?

A lo que uno de los alumnos -que dejaremos en el anonimato- replicó veloz:

 - Yo no , yo soy de La Gineta...

Diálogo segundo:
Horas más tardes, ya en el autobús, otro de los muchachos se vio asaltado por una duda espiritual. Y como les acompañaba la profesora de Religión, se la expuso.

- Profesora... ¿existe alguna religión feminista?

-Las religiones no son ni feministas ni machistas; machistas o feministas lo son las personas -le contestó su profesora, ya un poco fatigada tras todo el día en la capital, pastoreando a sus alumnos, cada uno con su alma encima.

-Ya... Se lo preguntaba  por lo de la mantis..., ya sabe.

-¿Mantis?

- Sí, profesora, la mantis religiosa, ya sabe usted, que se come al macho después de ..., bueno, ya  sabe usted lo que le digo.

2 comentarios:

  1. Jajajajaja, ¡qué gracioso!
    Y viniendo de los alumnos del instituto, me creo que sea verídico.
    Te ha faltado contar la aventura con Paco León, que Inma la narra con mucha gracia.

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  2. En descargo del alumno que no es celiaco solo cabe decir que ser de La Gineta imprime carácter.

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