domingo, 2 de enero de 2011

Crónica del Norte (desde el Sur)

Prólogo
Ayer, antes de la cena, salimos a dar un paseo con J.A. Como al poco comenzó a llover, nos metimos en un bar, a guarecernos y a seguir charlando un rato con el sobrino granadino. Bueno, más que charlar, con J.A. lo que hay que hacer es interrogarlo, a la manera policial. Si hay suerte, le sacas algo, te cuenta algunas cosas. Si no la hay, contesta a todo con monosílabos, lacónicamente. Te mira, se sonríe un poco y dice “sí”, o “no”, o “no sé”. Ayer fue un término medio. Cuando estábamos en el bar, pasó la San Silvestre. Eran apenas una docena de personas, casi todos varones, con el gorro de Papá Noel casi todos, que corrían con la cabeza gacha bajo la lluvia, cada vez más enconada.


Entonces me acordé de que, en ese mismo momento, estarían sacando a pasear, como todos los años por estas mismas fechas, al Elvis que te recibe a la entrada de la cafetería Charlie, justo debajo de la casa de mis padres.
Ese Elvis es un figurón de cartón que toca la guitarra a la entrada de ese local. Está medio sentado en un taburete y, si pudiese ponerse de pie, mediría casi dos metros. Lo tienen tan cerca de la puerta y hace tanto bulto, que si uno entra por primera vez, se lleva un pequeño sobresalto. Los habituales, en cambio, suelen saludarlo, como si fuese un parroquiano más, y le dan los buenos días o las buenas tardes o se despiden de él con gran cortesía.  Pues bien, todos los años, el 31 de diciembre por la tarde, lo sacan en procesión por mi pueblo, como si fuese un santo (San Elvis). Lo suben al asiento de atrás de un descapotable o a un remolque y, acompañado por un buen número de motoristas, lo circulan por las calles del pueblo y también por los alrededores.




Nosotros nunca podemos asistir a semejante procesión porque ya estamos en Úbeda, pero mi madre nos lo cuenta por teléfono todas las Nocheviejas, y cada año se lamenta de lo mismo, de que P. no haya podido verlo.
En mi PUEBLO pasamos siempre la Nochebuena, y el día de Navidad, y cuatro o cinco más, en los que vemos a los amigos, nos aireamos un poco y tenemos la impresión de que nunca nos hemos ido de aquí.


2 comentarios:

  1. Acá estamos, un poco más al sur. Feliz año nuevo para tí y los tuyos. Seré fiel al sapo como hasta ahora.

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias, Jesús. Y los mismos deseos para todos vosotros. Nos vemos.

    ResponderEliminar