miércoles, 26 de enero de 2011

"Welcome"

Hasta hace un par de días no teníamos ni idea de quién fuera Philippe Loiret. Supimos de él, por primera vez, el lunes por la noche. Ahora, después de trastear por internet, ya tenemos más datos y la confirmación de lo muy ignorantes que somos. De todas formas, nos podríamos haber ahorrado esas pesquisas porque lo de nuestra ignorancia ya lo sabíamos de sobra, y de Philippe Loiret, con haber visto esta película suya habría bastado.




Se titula "Welcome" y, como cualquier gran historia, es una historia de amor. Se cuentan también en ella muchas otras cosas, todas humanísimas y muy hondas. Y se hace con una naturalidad y una transparencia asombrosas. Sin estilo alguno, que es ese el único estilo que pueden ofrecer las  obras verdaderamente grandes.


A los personajes dan unas ganas enormes de abrazarlos a todos. Al joven protagonista, por supuesto, pero quizá más aún a ese monitor de natación, ahogado por la pena de su separación, que va de un lado a otro tratando de recuperar a su mujer y, en ese intento, se ve de pronto envuelto en la historia de Bilal, un joven kurdo decidido a llegar de cualquier modo hasta Inglaterra, donde le aguarda su novia.





A pesar de tratarse de una película con cierto aire documental, es al mismo tiempo un relato épico, y también mágico, con ese anillo de zafiros y rubíes que Simon -el monitor- lleva en su bolsillo y va entregando a unos y otros para aliviar sus pesadumbres, sus desconsuelos, sus heridas, pero que siempre vuelve a sus manos. Y a pesar del dramatismo, termina uno de verla con un agradecimiento muy grande, con el convencimiento de haber asistido a un relato que nos va a hacer mejores, más tiernos, más dulces, más compasivos.






La pudimos ver en la 2, el lunes por la noche, sin anuncios ni, por ello, necesidad de trasnochar. Eterno agradecimiento a los programadores, quienquiera que sean.



No hay comentarios:

Publicar un comentario