sábado, 12 de marzo de 2011

Brujas

Mientras aquí hace un tiempo de perros, con lluvias atravesadas, viento y frío, en Brujas, por lo que nos cuenta A., luce un solo espléndido. Y aunque a nosotros nos suelen gustar mucho los días de lluvia, hoy nos ponemos muy tristes.


 Así que para curar esta melancolía de no estar en Brujas con A., sino aquí en Albacete y con lluvia, mientras P. estaba en la Linterna Mágica viendo una película china -le damos una educación exquisita- me fui a la librería, a comprarme algo, cualquier cosa. Salí con un libro titulado La vida es un balón de redondo, de un tal Vladimir Dimitrievic, y con un tomito, apenas sesenta páginas, de un nonagenario francés, Stéphane Hessel, que al parecer ha vendido una barbaridad en su país. ¡Indignaos!, se titula, y se trata de una llamada a la "insurrección pacífica" y un manual para saber indignarse como es debido. Lo cual me va a venir muy bien porque aunque a veces nos indignamos, no sabemos si lo hacemos de la manera adecuada.




El señor Stéphane

6 comentarios:

  1. A ver si ponemos en práctica cuanto antes lo de indignarse correctamente,porque motivos no nos van a faltar; si lo hacemos adecuadamente, mucho mejor.

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  2. Falta nos va a hacer, efectivamente, compañera.

    Pues sí, chache, tu tita se ha ido a Bruselas, y está de visita por Brujas y Gante.

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  3. Cuando era adolescente e incluso un poco después, me proponía indignarme todos los días un ratito. No podía ser que la vida pasara por mi nariz así, sin más, sin toserle siquiera. Ahora, esta misma tarde, incluso, me propongo salir en cuanto pueda de la indignación y no sé por dónde coger el portante. Como no espabile lo voy a pasar mal porque yo no he sido nunca muy proclive a quemar nada, y la verdad es que ya huele a chamusquina.

    Insisto en que prevengas a A. ¿Puede haber un belga verdaderamente indignado?

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  4. Don Mario habla en su última novela "el sueño del celta", entre otras cosas, de las atrocidades y abustos cometidos por los belgas en el Congo a finales del siglo XIX.

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