miércoles, 23 de marzo de 2011

Domingo ubedí

Coincidimos el fin de semana ubedí con J.Á., que llegó de Granada, donde está estudiando. Sigue llevando una coleta que no nos gusta a ninguno de la familia, y colgada del cuello su cámara de fotos. Fue bajarse del autobús, y ya se puso a echar fotos a todo el mundo y a cualquier parte. Eso nos contó P., que fue  a buscarlo a la estación con su tito.


La verdad es que hace unas fotos estupendas. Algunas se pueden ver en un blog que acaba de abrir y que yo recomiendo muy vivamente desde aquí. Se llama http://pinturaconluz.blogspot.com/.  Merece la pena. (Si todo esto fuese pasión de tío, creo que es pasión justificada).

Nos estuvo contando de las cosas que hace en Granada, muchísimas, y de fotógrafos muy famosos de los que nosotros jamás habíamos oído hablar: David Jiménez, que va a venir de Berlín, donde tiene el estudio, a darles un taller el mes que viene, del turco Nuri Bilge Ceylan, y de varios más de los que ya no guardamos memoria.



El señor Nuri Bilge hace unas series que parecen sacadas de una película, como si fuesen sus fotogramas, y al verlas le entran a uno ganas de ponerse a escribir una novela en la que contar la historia de esas gentes que retrata, o pintar en ella esos paisajes.













 
El domingo por la mañana se puso las botas este sobrino nuestro, porque había, en la Plaza de la Cruz de Hierro, una  fiesta renacentista en un pequeño bar muy coqueto que hay allí. Como el tiempo era espléndido, sacaron un mostrador a la plazuela e instalaron tras él un plancha y unas trébedes donde asaron costillas, calentaron morcilla en caldera y compusieron unas migas ruleras de un color dorado muy pictórico.



Se hinchó a sacar fotos de todo ese ambiente: a los camareros y parroquianos más fieles, que estaban ataviados con sencillos y hermosos trajes de la época, y también a la gente endomingada que nos agolpábamos ante el mostrador portátil para pedir raciones de esas comidas campesinas y contundentes, acompañadas todas con tiernísimos ochíos del color de los atardeceres del verano y doradas cervezas. 




Con tanto ir y venir del mostrador a las mesas, con esos trajes y esas músicas (nada renacentistas, por cierto, sino tonadillas de Pitingo o Javi Cantero, ya saben, el hijo de El Fary), tenía aquello el aire de una comedia lopesca, parecía su mojiganga final.


Dama: ¿Cómo he salido, caballero con coleta?
Mire vos que soy dama muy coqueta.

Caballero con coleta: No habéis salido muy mal, bella dama.
He puesto en ello muchísimo empeño.
Que lo compruebe el muchacho que os ama,
y también vuestro primo, el pequeño.


Y ya nos subimos a por las maletas, por el pasaje Lagartijo, que declinaba el domingo y debíamos emprender el viaje de vuelta.


 

P.D. Ayer,cuando estaba escribiendo esta entrada, fui al blog de J. Á.  para copiar la dirección y me encontré con que había colgado esta foto, que  no conocíamos:



y que antes de que yo recomendase el suyo, ya había él hablado de este nuestro. Si no nos cansamos de decirlo, es un sol este sobrino nuestro.

1 comentario:

  1. jaja muy divertido!
    qué bien me promocionas, a ver si alguien se entera de la existencia del blog..
    nos vemos pronto!

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